Ayer el blog tuvo solo una visita , …se entretuvo un rato por aqui. …siguiendo sus pasos, releí una entrada de marzo de 2008. Ahora la comparto de nuevo, solo con algún pequeño cambio:
«¿Porqué tomo fotografías? Dicen que una imagen vale mas que mil palabras; pero yo, como le leí una vez a Maruja Torres, creo que esa afirmación es mentira. Contaba ella, que en la verja de una embajada en un país en guerra, «un rambo» se arrastraba por el suelo, rompía la alambrada, mientras los fotógrafos de prensa inmortalizaban el momento. Al día siguiente, esa foto seria primera pagina en todo el mundo; a diez metros estaba la puerta abierta. Las fotos también pueden mentir.
Yo prefiero las palabras, el material por esencia de la mentira, pero mis palabras son verdad. Son precisas. Pocas veces digo: nunca, siempre, jamás; yo, como los niños, no entiendo estos significados tan absolutos; pero si las digo, es porque llevo mucho tiempo sintiéndolo así y, conociéndome sé que continuara siendo así, hasta que alcance la línea del horizonte. Me molesta que las palabras pierdan valor a fuerza de repetirlas y, …me halaga cuando Rose dice que le gusta lo que escribo, que comienza a leer y, se mete en la historia…
Las fotos más hermosas que hice nunca fueron mas allá de mi retina. No he fotografiado a mi padre ¿por qué? No sabría explicarlo, me gusta su cara de niño pequeño ya surcada por las arrugas, siempre me ha divertido como frunce sus pobladas cejas en plan Espinete, el muñeco de cuando éramos ninos. Nunca he logrado captar esos momentos y si lo conseguí, no tenían la fuerza suficiente para salvar esas imágenes.
Tengo multitud de fotos de desconocidos, gentes que me cruce unos segundos y que quedaron para siempre atrapados por mi lente… tengo que querer, para convertir a alguien en foto. Pero tengo poquitas fotos de las personas que amo; mejor tienen que sorprenderme, desconcertarme, emocionarme.
Sin temor a equivocarme, las fotos más hermosas nunca fueron mas allá de mi retina, instantes mágicos,… dolorosos,… que por egoísmo o pudor, son solo para mí. Hace unos días, cayo en mis manos la foto del Pulitzer a Kevin Carter, la niña moribunda solo hueso y piel acurrucada sobre el suelo árido y a pocos metros un buitre esperando… yo nunca habría tomado esa foto… Carter se suicido meses después… su retina había almacenado imágenes más duras… tras su cámara era un ser insensible… ”papasitofernando” me dice que se esconde tras la cámara, que es ella la que le aísla de la realidad que esta filmando… él siempre ha conseguido apartar la cara del objetivo para contemplar la vida. Fotos verdad.
Yo, a menudo, prefiero disfrutar la vida y olvidarme de las fotos, puedo pasar meses sin fotografiar aunque lleve la cámara en la mochila… otras es mi terapia…
Me sorprende cuando mis fotografías gustan, me halaga… ¡yo que no sé una palabra de fotografía!. Enri me abroncaba: si haces estas cosas sin saber, imagínate que conseguirías aprendiendo un poquito… pero a mí lo que me gusta es escribir, me expreso escribiendo. Soy feliz cuando consigo contar una historia, las fotos que quedaron en mi retina: palabras.
Que sí, que seguiré fotografiando.
Para ver fotos y biografía de Kevin Carter: http://en.wikipedia.org/wiki/Kevin_Carter
para ver un documental sobre él http://www.kevincarterfilm.com «